El Legado del Anillo (Fragmento)
Ahora no parece muy lejano, más que eso, no parece tan difícil. Estando así, con mi mano entrelazada a la tuya, paseando tranquilamente en este paisaje rural que parece inagotable, igual a la tarde que se tiende ante nosotros. Y este campo me recuerda a ese otro donde, en una tarde muy parecida a esta, caminábamos en silencio sonriéndonos las torpezas e invadidos de incomodidad.
No me hallaba, tenía el afán de ser ingenioso, dulce y galante, mientras buscaba el momento adecuado para tomar tu mano y confesarte el amor que atravesaba mi pecho; pero la voz se quedaba hecha nudo en mi garganta, así que abría la boca y no decía nada, tú sonreías y yo moría de vergüenza, tropecé varias veces y te hice caer otro par, te pisé, tu vestido se rasgó por mi descuido. La jornada vespertina terminaba y yo había desperdiciado todo su romanticismo.
Caminaba cabizbajo esperando que anunciaras tu retirada, hasta encontrar ese sembrado donde hermosos soles se alzaban curiosos. Yo estaba fascinado y una sonrisa de júbilo se asomó a mi rostro, tú tomaste mi mano, me miraste a los ojos y me diste el beso más dulce jamás imaginado, me sentí explotar en mil maravillosos colores, ta abracé como tantas veces soñé que lo haría y te confesé en un susurro mi amor.
Aprieto tu mano en este presente y cuando nos miramos sé que estás pensando lo mismo que yo.
No me hallaba, tenía el afán de ser ingenioso, dulce y galante, mientras buscaba el momento adecuado para tomar tu mano y confesarte el amor que atravesaba mi pecho; pero la voz se quedaba hecha nudo en mi garganta, así que abría la boca y no decía nada, tú sonreías y yo moría de vergüenza, tropecé varias veces y te hice caer otro par, te pisé, tu vestido se rasgó por mi descuido. La jornada vespertina terminaba y yo había desperdiciado todo su romanticismo.
Caminaba cabizbajo esperando que anunciaras tu retirada, hasta encontrar ese sembrado donde hermosos soles se alzaban curiosos. Yo estaba fascinado y una sonrisa de júbilo se asomó a mi rostro, tú tomaste mi mano, me miraste a los ojos y me diste el beso más dulce jamás imaginado, me sentí explotar en mil maravillosos colores, ta abracé como tantas veces soñé que lo haría y te confesé en un susurro mi amor.
Aprieto tu mano en este presente y cuando nos miramos sé que estás pensando lo mismo que yo.
No se si en otra vida fui buena escribiendo, lo cierto es, que en esta soy buena graficando. Tal vez no sea el comentario más original, pero estoy haciendo mi mayor esfuerzo. Solo porque soy una de las que SÍ quiere tu libro.
ResponderEliminar